El fracaso en época de exámenes muchas veces se debe más a estrés estudiantil que a falta de gestión de conocimientos. Es común escuchar de los alumnos: “profesor, estudié todo, pero ahora se me borró, no sé qué me pasa”.
Esta situación describe con exactitud la experiencia del estrés estudiantil, es decir, donde el sistema emocional no actúa como lo deseamos. Por ansiedad, angustia y reacción a lo negativo se bloquea e impide superar el desafío del examen.
A continuación, te contaremos sobre este tema para encontrar estrategias de resiliencia. Queremos dar herramientas a los estudiantes y familias hacia el éxito académico.
Características del estrés estudiantil
El estrés estudiantil tiene que ver con situaciones emocionales que ponen en tensión nuestros sentidos y procesos cognitivos. Estos aparecen en exámenes, lecciones orales, trabajos prácticos que sabemos serán evaluados, entre otros.
También puede ocurrir en una entrevista con un docente o directivo. Por último, es probable que aparezca ante instancias de socialización como cambios de institución, curso, grupos de estudio nuevos, etcétera.
Algunas personas sufren de cuestiones fisiológicas o alérgicas en estos momentos. En los casos negativos, cognitivamente implican un bloqueo mental de las ideas y circuitos de pensamiento.
Ahora bien, estos nervios, si no son gestionados a través del estrés, pueden tener características positivas como la motivación. Permiten la elevación de la energía y el incremento de actividad cognitiva que, a su vez, potencia la velocidad de raciocinio.
¿Cómo convertir el estrés en motivación?
Los nervios pueden ser usados a favor. Este estrés estudiantil tiene la posibilidad de transformarse en capacidad de resiliencia; es decir, como una forma de afrontar una situación complicada con las estrategias precisas.
Los expertos manifiestan que para lograrlo estas estrategias deben volverse rutina cotidiana. No será de mucha utilidad si se realizan únicamente en momentos o situaciones aisladas de estrés.
Deben estar internalizadas y ser de uso natural y frecuente. De esta manera, darán resultado en ese momento donde lo emocional, físico y cognitivo está implicado.
Consejos para gestionar el estrés en época de exámenes
Algunas de las estrategias para convertir el estrés en motivación son:
Estrategias de prevención
Como yoga, meditación, colorear mandalas, gimnasia, duchas relajantes, etc.
Estrategias de intervención
Que puedan hacerse en el momento, como por ejemplo, pelotas antiestrés, desarmar un clip, respirar hondo, cerrar los ojos, escuchar música (si se permite), entre otras.
Evitar aquellas que hacen mal a la salud, como demasiada ingesta de alimentos, comerse las uñas o consumir sustancias dañinas.
Estrategias de expresión de las emociones
En ocasiones no decir cómo te sientes es lo que provoca la situación de estrés. Encontrar con quien hablarlo, poder expresarse, verbalizar, es sacarse un peso de encima y poder avanzar en la evaluación.
Estrategias de resiliencia
Para solucionar una situación problemática se pueden desarrollar técnicas de organización de la información, pensamiento visual, planificación y creatividad para actuar ante emergencias.
Control del entorno
Es importante que los nervios no se contagien, lo que suele ocurrir. Para ello, cuenta con mecanismos de silenciamiento y control de lo que pasa a tu alrededor.
Gestionar el estrés estudiantil es un cambio de mirada. Es poder ver los nervios como una cuestión positiva que puede incluso colaborar con un mejor resultado en la época de exámenes.
Ahora bien, las estrategias de resiliencia no vienen naturalmente, deben ejercitarse, aprenderse y fortalecerse. Es cuestión de voluntad el lograrlo. Por último, recuerda que deben incorporarse previamente para que tengan efecto.
Desde UNID, buscamos acompañar a nuestros estudiantes y a sus familias para superar y lograr una gestión positiva del estrés estudiantil. Nuestras instituciones educativas acompañan los procesos de aprendizaje. ¡Consúltanos!
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