¿Has escuchado sobre las dimensiones del bienestar? Este término puede significar diferentes cosas según cada persona, manifestándose a través de una serie de componentes o actividades que permiten alcanzarlo.

En este sentido, el bienestar no solo es la ausencia de enfermedad, sino la convergencia de varios aspectos de la vida. La parte física, mental y social alcanzan un balance que propician una mejor calidad de vida.

Entonces, durante tus años de estudio, y luego de estos, los componentes del bienestar son imprescindibles. Al cultivarlos, impulsas tu desarrollo personal contribuyendo al rendimiento académico y a otros aspectos de tu vida.

Cuida tu mente y tu cuerpo desde ya con estos consejos que UNID trae para ti.

¿Cuáles son los 5 componentes del bienestar?

Mujer haciendo ejercicio para mejorar una de sus dimensiones del bienestar

Para algunas personas, el bienestar se alcanza a través de la actividad física, una buena alimentación y salud. No obstante, va mucho más allá de eso y para alcanzar un alto nivel de bienestar, es necesario lograr un balance.

Pero, ¿un balance de qué? Pues de las 5 dimensiones del bienestar, que son el bienestar físico, mental o intelectual, social, emocional y espiritual. Te contamos más sobre ellos y cómo trabajarlos, a continuación.

1. Bienestar Físico

El bienestar físico consiste en mantener una calidad de vida que te permita realizar tus actividades de la mejor manera. Se centra en la salud física, es decir, en aspectos como:

  • La fortaleza

  • El peso corporal

  • La alimentación

  • El sueño

  • La higiene

  • El movimiento

  • La salud sexual

  • El manejo de enfermedades

Implica tomar decisiones para mejorar la calidad de vida, reconociendo que el comportamiento y los hábitos influyen en la salud.

Consejos para trabajar el bienestar físico

Al hablar de las dimensiones del bienestar, es importante entender que cada una puede verse diferente para cada persona. Con esto en mente, aquí tienes algunos consejos para trabajar el componente físico:

  • Presta atención a las necesidades y deseos de tu cuerpo. Deja de lado las nociones preconcebidas y las etiquetas para medir las actividades bajo los estándares de otros.

  • No postergues las actividades hasta que aparezca la motivación. Hazlas en cuanto las pienses, aprovechando la oportunidad y tu mentalidad.

  • Diviértete haciendo lo que se sienta bien sin excederte. La actividad física debe hacerte sentir bien y ser agradable, por ello, debes averiguar tus intereses y seguirlos.

Por supuesto, es importante asegurar una dieta saludable, practicar actividad física de forma regular y tener un sueño adecuado. Además, no olvides acudir a tu chequeo médico preventivo y aprender técnicas de manejo del estrés.

2. Bienestar mental o intelectual

La segunda de las dimensiones del bienestar es la intelectual o mental. Esta incluye la salud mental, pero va mucho más allá del estado del cuerpo.

En otras palabras, el bienestar mental e intelectual incluye tener una mente curiosa y activa. Es decir que, las actividades están orientadas a la creatividad y la estimulación, permitiendo un aprendizaje permanente.

Consejos para trabajar el bienestar mental o intelectual

De las dimensiones del bienestar, la intelectual se enfoca en mantener la mente activa. Por ello, entre los consejos que puedes aplicar para trabajarla, están:

  • Sigue tu curiosidad para desarrollar el amor por el aprendizaje, aprovecha cuando un tema capture tu interés.

  • Si eres de los que establece metas u objetivos, empiézalos con palabras como comprender, evaluar, analizar, crear y desarrollar.

  • Cuando elijas un pasatiempo, desafíate con actividades que representen un reto.

En este caso, es imprescindible mantener una actitud abierta a aprender cosas nuevas cada día. Asimismo, debes encontrar un equilibrio entre el estudio, el trabajo (si lo haces) y las actividades de relajación y desconexión.

3. Bienestar Social

La vida social es una de las dimensiones del bienestar juvenil

Son los componentes del bienestar asociados con las relaciones que tienes con otros y la forma en la que interactúas. Pueden considerarse habilidades, gracias o destrezas sociales.

Quienes poseen un bienestar social apropiado, logran integrarse de forma efectiva en el medio social. Respetando a los demás, a uno mismo y a otras culturas o pensamientos.

Por ello, implica construir relaciones enriquecedoras y saludables, que sirvan de apoyo, fomenten la comunicación y la gestión de conflictos.

Consejos para trabajar el bienestar social

Para trabajar el componente social como parte de las dimensiones del bienestar, es necesario que consideres:

  • El bienestar social no solo es la interacción con otras personas, también con otros seres y el medio. Así que, si no es lo tuyo o te sientes cansado, puedes pasar tiempo con tu mascota, con las plantas o al aire libre.

  • Dedica tiempo para ti y tus intereses. Al nutrirte a ti mismo, puedes socializar mejor con los demás en áreas afines con tus aspiraciones.

Ten presente que las conexiones pueden nutrir el alma, pero también ser muy beneficiosas en entornos educativos y profesionales. Por ejemplo, gracias a las habilidades sociales asociadas a esta dimensión del bienestar, puedes crear una red de contactos.

4. Bienestar Emocional

Nuestro desarrollo personal y el nivel de calidad de vida están relacionados con todas las dimensiones del bienestar. Así como trabajamos el componente físico y social, es importante nutrir nuestro bienestar emocional.

Representa la habilidad de controlar las emociones, no de reprimirlas, sino de sentirse cómodos expresándolas y hacerlo de forma adecuada. Es el proceso que permite reconocerlas, comprenderlas y aceptarlas.

De hecho, las personas que tratan de forma consistente su bienestar emocional, suelen tener una mejor calidad de vida. Esto incluye controlar el estrés, pero también ser flexibles y comprometidos con la resolución de conflictos.

Consejos para trabajar el bienestar emocional

Involucrarte con tus emociones te permite conocerte a ti mismo, aprendiendo a identificar por qué te sientes de determinada forma. Esto a su vez, facilita decidir cómo avanzar. Entonces, entre los consejos que puedes seguir, están los siguientes:

  • Aprende técnicas para la aceptación y el manejo del estrés de manera saludable.

  • Comparte tus emociones con una persona segura. Alguien confiable con quien puedas ser transparente y que te ayude a no sentirte solo con determinada experiencia.

  • Evita culpar a otros o a una situación por tus sentimientos y reacciones. En cambio, compréndelas y aprende a gestionarlas.

Es importante considerar que la dimensión emocional es la parte de los componentes del bienestar que abarca la autoestima, así como el optimismo, la autocompasión y la capacidad que desarrollas para compartir sentimientos.

5. Bienestar Espiritual

Cuando hablamos de las dimensiones del bienestar, el componente espiritual consiste en conectar con algo más grande que tú mismo. Lo que te lleva a seguir un conjunto de creencias, valores y morales como guía de tus acciones.

A través del bienestar espiritual puedes formar hábitos significativos que, a su vez, te proporcionen propósito. De esta manera, un espíritu saludable está mejor preparado para enfrentar los obstáculos de la vida, lo que lo ayuda a ser resiliente.

Consejos para trabajar el bienestar espiritual

Si quieres trabajar este aspecto del bienestar para mejorar tu calidad de vida, considera lo siguiente:

  • Haz cambios en tu mentalidad. En vez de preguntarte por qué te sucede algo, piensa qué puedes hacer con eso para avanzar.

  • Recuerda que los cambios son necesarios, motívate a adaptarte. Utiliza recursos como la visualización o los dibujos en lugares significativos.

Ten presente que el componente espiritual puede ser diferente para cada persona. Para algunos pueden ser las leyes de la ciencia, una fuerza divina e incluso para otros, la misma naturaleza.

Trabajar las 5 dimensiones del bienestar es importante para tener una mejor calidad de vida, y puedes hacerlo en cualquier momento, incluso como estudiante de bachillerato, licenciatura o maestría.

Ante esto, la clave está en formarte en una institución que se preocupe por la salud mental de sus estudiantes, y que te brinde las habilidades y conocimientos adecuados para desarrollarte como profesional. En UNID puedes encontrar esto y mucho más, no dejes de conocer nuestra oferta educativa.

Si te gustó este post, quizás te interese: 

eBook: Paso a paso para diseñar tu Plan de Desarrollo Profesional