En el ámbito académico, la correcta citación de fuentes es una piedra angular que garantiza la integridad y la credibilidad de cualquier trabajo. Dos de los estilos bibliográficos más prominentes, APA (American Psychological Association) y MLA (Modern Language Association), se han convertido en guías esenciales para la presentación uniforme de referencias bibliográficas.
En este artículo, hablaremos sobre las diferencias entre los estilos APA vs. MLA para que puedas elegir el correcto para tu texto académico.
APA y MLA son dos de los estilos bibliográficos más utilizados al redactar y presentar trabajos. Sin embargo, muchas personas desconocen el origen de cada uno de estos estilos, así como su objetivo.
¿Te has preguntado de dónde aparecieron el estilo APA y el estilo MLA? Aunque ambos son empleados para la presentación de referencias bibliográficas, tienen una historia diferente que vale la pena conocer.
En este sentido, el estilo APA tiene su origen en 1929, publicándose por primera vez en ese año. Estas normas fueron creadas por un grupo de antropólogos, psicólogos y administradores de negocios.
Dichos profesionales buscaban establecer un conjunto de reglas o estándares que permitieran facilitar la comprensión de la lectura, esto a través de la codificación de múltiples componentes de la escritura de tipo científico.
El estilo APA se utiliza, principalmente, en pedagogía y psicología, aunque también en otras áreas, como las ciencias sociales, y se centran en definir el uso uniforme de determinados elementos dentro del trabajo, tales como:
Formato del documento y márgenes.
Tamaños de letra acordes.
Construcción de figuras y tablas.
Puntuación y abreviaciones.
Citación de las referencias.
En cuanto a la cita APA y sus objetivos dentro de la citación bibliográfica, estos son:
Dar crédito a los autores. Es una exigencia la citación de fuentes bibliográficas y estas deben presentarse de manera adecuada. De este modo, el reconocimiento a los autores por su trabajo está garantizado.
Facilitar la comprensión y comunicación científica. Al ser un formato estandarizado de estilo bibliográfico, permite la compresión y revisión de los trabajos de tipo académicos.
Optimizar la claridad y precisión. A través de las directrices establecidas para citar adecuadamente las fuentes bibliográficas. Así, la cita APA promueve que la información sea clara y precisa.
Por su parte, el estilo de cita MLA se publicó por primera vez en 1985 con el nombre de Manual de Estilo MLA. Sin embargo, las normas, que fueron escritas por un grupo de profesores de literatura y lenguas, se crearon en 1883.
En este se establecen las normas académicas aplicables en las humanidades y artes, y al igual que el estilo APA, presenta un formato estandarizado para la citación de las fuentes bibliográficas.
La Modern Language Association es la encargada de publicar las actualizaciones del estilo MLA. Este sistema tiene un modelo para cita MLA; no obstante, en realidad indica otros detalles para la redacción:
Tipografía y tamaño de letra.
Formato de presentación de los párrafos.
Puntuación.
Calidad de papel.
Formato de enlaces.
Y al igual que otros estilos bibliográficos, sus objetivos buscan principalmente:
Ya has leído un poco sobre los orígenes y objetivos de ambos estilos bibliográficos, así que ahora vamos a ahondar en ellos. A continuación, puedes conocer cómo se estructuran y presentan las bibliografías de estilo APA y estilo MLA.
Todos los trabajos que sigan este formato y que incorporen alguna cita APA, deben contar con un apartado de referencias. Este se debe introducir luego del cuerpo del documento y antes de las notas al pie (si aplican) o las tablas.
Estas deben empezar en una nueva página y tener de título “Referencias” en negrita centrada. Cada una de las referencias en la lista debe:
Además, deben diferenciarse las referencias de la bibliografía. En el caso de esta última, en el estilo APA, funcionan como antecedentes o recomendaciones de lecturas del autor. Pueden incluir notas descriptivas y se presentan igual que las referencias.
El estilo MLA se diferencia de otros estilos bibliográficos por no incluir fechas dentro de las citas en el texto. Pero, en cuanto a la página de referencias bibliográficas, deben:
Las obras citadas se ubican al final del trabajo, titulada sin cursiva ni negrita, mientras que las fuentes son ordenadas alfabéticamente, ya sea por nombre de autor o título, y se deja doble espacio de separación entre cada una.
Ahora que conoces los dos estilos bibliográficos, puedes preguntarte cuál elegir para redactar tus trabajos. Para hablarte de este tema, preparamos una pequeña guía que te será de utilidad. Así que, antes de tomar una decisión, considera:
Como ya has leído, tanto el estilo MLA, como el estilo APA, tienen áreas de conocimiento asociadas, y esto debe influir en tu decisión.
Si te desempeñas en un campo académico relacionado con ciencias sociales y naturales, negocios y educación, suelen emplearse las APA. Mientras que, MLA se emplea en áreas académicas de humanidades, arte y comunicación.
Además del área académica, también es importante considerar la naturaleza del trabajo a realizar.
De estos estilos, el APA es más apropiado para trabajos que necesitan un formato preciso y más formal como informes técnicos, tesis doctorales o artículos de investigación para revistas científicas.
Por su parte, el estilo MLA resulta más adecuado, por ejemplo, para trabajos que requieren una mayor flexibilidad y creatividad como ensayos académicos, libros de texto y tesis doctorales en artes o humanidades.
Sin embargo, el consejo definitivo para elegir entre uno y otro, es el siguiente punto.
No importa en qué área o tipo de trabajo sea, siempre debes consultar las especificaciones del maestro o de la Institución. Esta es la mejor forma de certificar cuál estilo se emplea en esos casos y recibiendo orientación directa y verídica.
Cada estilo bibliográfico emana una elegancia propia en la presentación de información y la atribución de fuentes. Al conocer las sutilezas de los estilos APA y MLA, los estudiantes están equipados con la habilidad de comunicar sus ideas con claridad y de respaldar sus argumentos con la autoridad de fuentes confiables.
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