En un mundo tan acelerado como en el que vivimos, las técnicas de relajación se han vuelto una necesidad casi tan vital como la de tomar suficiente agua para mantener una buena salud tanto física como mental.
Puede incluso que nos hayamos encontrado con ejercicios que parecen tan sencillos que les restamos importancia, sin embargo, algo tan simple como darnos cinco minutos para respirar profundamente puede tener un gran impacto en nuestra vida si lo volvemos una disciplina.
Por eso, hemos decidido dedicar este artículo a técnicas de relajación probadas que seguro harán que tengas una vida estudiantil más amena. ¿Quieres aumentar tu productividad mientras reduces tus niveles de estrés y ansiedad? ¡Sigue leyendo!
Antes de revelarte las técnicas de relajación que te pueden cambiar la vida, es importante que conozcas los beneficios que estas pueden aportar a tu vida, sobre todo si eres estudiante:
Como con cualquier técnica de relajación, la primera recomendación es encontrar un sitio tranquilo, donde no te vayan a interrumpir. Puedes hacer este ejercicio sentado o acostado. Básicamente, te vas a enfocar en contraer tu cuerpo con suavidad y luego relajar cada grupo muscular.
Puedes comenzar por los dedos de tus pies y progresivamente ir subiendo hasta terminar con el cuello y la cabeza. Contrae los músculos alrededor de 5 segundos, relájalos por 30 segundos, y después repite la cuenta con el siguiente grupo muscular hasta que hayas recorrido todo tu cuerpo. Inténtalo y verás que al terminar sentirás un gran alivio.
Debes saber que existen muchos tipos de meditación, pero si eres principiante, el estilo de atención enfocada es ideal para empezar a adoptar esta técnica milenaria. ¡Aquí te lo explicamos!
Puedes comenzar separando 5 minutos de tu tiempo para la práctica. Cuando llegue el momento, ponte en una posición cómoda y coloca las manos sobre tu pecho. Posteriormente, inhala y exhala a un ritmo normal, centrando tu atención únicamente en la respiración.
No te preocupes si te distraes durante la práctica, solo vuelve a tu respiración y retoma lo antes posible el ritmo. Verás que esto mejorará con el tiempo tu concentración y si lo deseas, podrás aumentar poco a poco el tiempo de meditación o adoptar prácticas más avanzadas que sin duda te ayudarán a mejorar tu calidad de vida.
Es un tipo de ejercicio suave de bajo impacto que comenzó a practicarse en la antigua China como una forma de defensa personal. Aunque existen muchos tipos de taichí, hay principios básicos que todos sus estilos comprenden.
En primer lugar, el cuerpo siempre se está moviendo, pero de forma relajada y lenta; mientras lo hace, la persona se mantiene en posturas específicas y cuidadosas. Durante la práctica, es muy importante mantener la concentración, dejando de lado pensamientos diversos, y también es importante sostener la respiración enfocada.
Si deseas practicar taichí de forma frecuente, te recomendamos tomar clases para aprender de mejor forma esta actividad. También puedes leer libros y buscar videos o aplicaciones que te sirvan de apoyo.
La imaginación es muy poderosa, por eso también te recomendamos la visualización, que se basa en utilizar todos los sentidos que puedas para crear imágenes mentales que te trasladen a un lugar o situación tranquila. Puedes cerrar los ojos y sentarte en un lugar cómodo.
Comienza a imaginar una escena que te haga sentir bien; por ejemplo, si deseas trasladarte mentalmente al mar, puedes comenzar por imaginar la arena y el color del agua, después imaginar el sonido de las olas al romperse, de las gaviotas, el olor del agua salada, el calor del sol en tu cuerpo, el tacto de tus pies al caminar por la arena, y así progresivamente.
La idea es hacerlo lo más vívido posible, manteniendo una respiración tranquila durante varios minutos, los que consideres necesarios.
Esto servirá para despejar tu mente un momento y evitar que caigas en el círculo de la rutina, lo que además de relajarte podrá aumentar tu creatividad.
Estas prácticas, desde la relajación muscular hasta la meditación, ofrecen no solo un alivio inmediato, sino una ruta hacia una vida estudiantil más equilibrada. Los beneficios, desde la reducción del estrés hasta la mejora de las relaciones interpersonales de los estudiantes, son invaluables.
Al integrar estas técnicas en tu rutina diaria, no solo encuentras alivio en momentos de presión, sino que cultivas una herramienta vital para la salud mental y el rendimiento académico. La vida estudiantil puede ser un desafío, pero con estas técnicas, se convierte en una oportunidad para el crecimiento, la concentración y la serenidad. ¿Listo para transformar tu experiencia estudiantil? ¡Comienza hoy mismo con UNID!