El pensamiento sistémico se puede considerar una habilidad blanda, cuyo desarrollo tiene muchos beneficios. Por ejemplo, puede impulsar tu carrera y aumentar tu competitividad profesional, así como influir en tu desarrollo personal.
Además, si aprendes a pensar sistemáticamente, también buscarás resultados en beneficio de los demás, no solo para tu propio crecimiento. En consecuencia, tendrás éxito en tu carrera.
Entonces, ¿qué es el pensamiento sistémico y por qué es bueno para ti? ¡Aquí te lo contamos!
¿Qué es el pensamiento sistémico?
El pensamiento sistémico se trata de la habilidad para resolver problemas en un sistema complejo. También es la capacidad de comprender (y a veces predecir) interacciones y relaciones en sistemas complejos y dinámicos.
Veamos algunos de sus beneficios:
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El pensamiento sistémico es una herramienta de diagnóstico que te permite evaluar problemas antes de tomar decisiones. De hecho, te harás preguntas antes de saltar a conclusiones, lo que reduce el riesgo de sesgos o conjeturas.
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Despierta la curiosidad ya que ves el panorama como un todo y no por partes.
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Ayuda a entender que todos estamos conectados y que hay diferentes formas de resolver problemas.
Permite evaluar las relaciones interpersonales, así como las organizaciones, las ideas y las relaciones.
¿Cómo desarrollar el pensamiento sistemático?
Ahora que ya sabes qué es y para qué sirve el pensamiento sistémico, te contamos cómo desarrollarlo.
1. Desarrolla tus habilidades
Puedes lograr esto a través de cursos en línea, conferencias, podcasts y lecturas. También puedes hacerlo hablando con tus profesores o compañeros tanto dentro como fuera de tu industria.
En definitiva, aprovecha todo lo que te ayude a mejorar tus habilidades.
2. Descubre tus suposiciones y sesgos
Un sesgo es una inclinación o tendencia, muchas veces inconsciente, que influye en cómo interpretar la información o las experiencias, lo que puede limitar tu capacidad de ver otras perspectivas y tomar decisiones objetivas.
Es decir, los sesgos pueden negarte la oportunidad de transformar y evitar que experimentes un crecimiento personal. ¿Qué puedes hacer? En primer lugar, debes ser consciente de tus ideas a medida que avanzas en un viaje interno. Después, comprométete con el pensamiento innovador.
3. Establece tus objetivos
Cuando no defines el objetivo, los sistemas se paralizan. Por ejemplo, si no sabes por qué te registraste en un curso en línea o en una carrera, no tendrás la motivación para terminarlo.
Entonces, ¿cuál es tu objetivo? ¿Es para avanzar en la carrera? ¿Para mejorar o adquirir conocimientos generales? Un plan claro te inspira a avanzar.
4. Aprende en grupo
Hay poder en el aprendizaje colaborativo. Cuando estudias en grupo, la información se queda en la memoria por mucho tiempo; además, ayuda a fortalecer la comprensión de los temas estudiados.
Asegúrate de unirte a grupos de aprendizaje donde la información se comparta semanalmente.
5. Piensa en sistemas
El pensamiento sistémico implica un proceso continuo de aprendizaje y mejora a lo largo de la vida. Se relaciona con el principio del iceberg, que sugiere que lo que vemos (los eventos visibles) es solo una pequeña parte del problema, mientras que las causas subyacentes (los eventos invisibles) son mucho más significativas.
Pensar en sistemas te permite identificar esas estructuras profundas y patrones ocultos para abordar los problemas de manera integral. Esto deja claro que no es que los eventos invisibles sean "menos importantes", sino que son menos evidentes, pero más cruciales para entender el sistema completo.
En otras palabras, hay más hielo debajo de la línea de flote de lo que parece.
Entonces, ¿qué hacer cuando te sientas desafiado?
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Piensa en sistemas.
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Comprende los detalles del problema.
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Encuentra su punto de apalancamiento.
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Evalúa, adapta y mejora continuamente tus modelos.
Después de todo, cuando te encuentras con un tigre, debes comprender a lo que te enfrentas, ¿cierto?
¿Cómo el pensamiento sistémico nos ayuda a alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS)?
Si aprendemos a pensar sistemáticamente, podemos dirigir nuestras actividades hacia el logro de los objetivos del desarrollo sostenible. Esto se debe a que el pensamiento sistémico requiere una comprensión de las relaciones, conexiones y contextos.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una serie de 17 metas globales adoptadas por la Organización de las Naciones Unidas en 2015. Están diseñados para abordar los principales desafíos del mundo, como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la paz y la justicia, entre otros.
Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse para 2030, y están interconectados, lo que significa que el éxito de uno puede contribuir al éxito de otros. Esto es precisamente donde el pensamiento sistémico resulta crucial para impactar el mundo.
Además, es necesario desarrollar habilidades tanto cognitivas como emocionales para lograr los ODS. Estos son algunos ejemplos:
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Habilidades cognitivas: Como su nombre lo indica, este tipo de habilidades tiene que ver con el procesamiento del entorno, la información y la interpretación de los mismos. Se relaciona ampliamente con los diferentes tipos de aprendizaje, así como la forma en que éste se construye, a través de la experiencia y de los estímulos que se reciben.
La facilidad para reflexionar desde un sentido crítico, la resolución de problemas lógicos, la toma de decisiones, la anticipación de consecuencias de determinada acción con base en el conocimiento, son solo algunas de las manifestaciones de este tipo de habilidades.
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Habilidades emocionales: Por otro lado, las habilidades emocionales son aquellas que permiten a los individuos identificar, analizar y gestionar adecuadamente los sentimientos propios, así como los ajenos.
Tiene que ver también con la comprensión de las emociones, y la inteligencia para resolver o superar situaciones en que se involucran conflictos o sentimientos negativos como el estrés, la tristeza y el enojo.
Las habilidades emocionales se manifiestan en forma de empatía, sentido de justicia y equidad, así como una comprensión de la inclusión y respeto.
Desarrollar estas cualidades te ayudará a mejorar tu actitud frente al entorno y el contexto en el que te desenvuelves, a la vez que te permitirá desarrollarte asertivamente tanto en el ámbito académico como en el laboral.
Como podrás darte cuenta, el pensamiento sistémico ayuda a desarrollar el pensamiento crítico. Por lo tanto, en lugar de hacer suposiciones, reflexiona detenidamente antes de tomar una decisión. Cuantos más sistemas de pensamiento conozcas, más inteligente y más productivo serás en todas las áreas de tu vida.
En UNID, estamos convencidos de que el pensamiento sistémico es clave para formar líderes preparados para enfrentar los desafíos del mundo moderno. Esta habilidad no solo impacta tu vida profesional, sino que también te ayuda a resolver problemas complejos en cualquier ámbito de tu vida.
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