En muchas historias de éxito, nos damos cuenta de que la perseverancia es un ingrediente clave para lograr sueños y metas. En esta historia, conoceremos a dos egresados que se hicieron socios, ellos nos comparten que no tener miedo al riesgo y sacrificar muchas comodidades al principio de su proyecto, también les ayudó a llegar al éxito en el que se encuentran.

Conoceremos la historia de Gerardo Rosales Vargas y Oswaldo Álvarez Álvarez, ambos egresados de la Licenciatura en Administración de Empresas de UNID Campus Cotija.

La introducción de esta historia fue relatada por Oswaldo, al mismo tiempo, nos comparte que este es un momento memorable en su paso por UNID, en sus propias palabras describe: “Recuerdo el primer día como si hubiera sido ayer, llegué con demasiado entusiasmo y en la primera clase tuvimos que presentarnos comentando: nombre, edad, de dónde eres y porqué estamos aquí, muchos coincidíamos en la frase: “saber hacer negocios y poder ofrecerle una mejor calidad de vida a mi familia”, y hasta hoy es algo que quise llevar muy grabado, que no se olvide el objetivo y sobre todo llevarlo a cabo.”

Oswaldo continúa compartiendo: “También recuerdo cuando llegó el momento de elegir la empresa donde realizar la estadía, fue un reto para mí elegir un destino por la condición económica, pero estaba seguro de querer intentar fuera de Cotija, no por malinchismo, más bien fue tema de crecimiento personal. Elegí un despacho contable en los Reyes, Michoacán (ciudad a 50 min de Cotija).

Me desempeñé bien, tuve trabajo de inmediato al salir de la Universidad y llegué a ser Gerente General. Viajé por casi 8 años ida y vuelta Los Reyes - Cotija, todos los días, primero en camión y después en mi coche. En el edificio donde se encontraba el despacho donde trabajaba, se desocupó un local con vista a la calle, yo conocía a la arrendadora, le pregunté por el costo de la renta y le comenté a mi socio actual Gerardo Rosales si estaba interesado en poner una sucursal de su tienda de productos para bebés ahí y me sugirió asociarnos.

No funcionó del todo porque cada uno seguía en su zona de confort, ambos la veíamos simplemente como “algo extra”, decidimos quitarla e incursionar en e-commerce con los productos de la tienda, pero cada quien seguía en sus actividades, Gera en su tienda y yo en el despacho.

El negocio en e-commerce comenzó a crecer al grado de verle un potencial muy fuerte que tuve que renunciar al despacho y Gera a su tienda para atender nuestra actual empresa. Todo lo anterior resulta difícil, pero lo difícil apenas comenzaba…”

Para continuar la historia, Gerardo nos indica: “Después de haberme graduado de la UNID decidí emprender mi propio negocio, comercializando productos para bebé, inicié con mi tienda y durante 10 años trabajé arduamente para hacerla crecer y lograr posicionarla regionalmente, estaba muy completa ya que podías encontrar todo lo que pudieras necesitar para tu bebé.

Un día me tocó coincidir en un convivio con Oswaldo Álvarez, mi actual socio, lo había conocido en unas Megamisiones, durante la charla me comentó que él estaba trabajando como Gerente en un despacho de los Reyes y me preguntó que si no tenía pensado abrir una sucursal en otra ciudad, a lo que le contesté que por el momento se me complicaba desplazarme y estar al pendiente, de ahí nace la propuesta por parte de Oswaldo: “¿Y si nos asociamos y ponemos la sucursal? Se me facilita estar al pendiente y de echo acaban de desocupar un local a un lado del despacho.” Le dije que estaría bien y no teníamos nada que perder, así fue. Pusimos una sucursal en los Reyes y la trabajamos durante 1 año, en realidad las ventas no eran malas pero era poco rentable para ambos.

Hubo un modelo de carriola que se comenzó a vender bien y decidí comprar muchas porque estaban muy escasas, cuando le comenté a mi socio pues se asustó porque no sabíamos de donde íbamos a sacar el dinero cuando se venciera el plazo de esa factura, al día siguiente me comenta: “¿Y si las ponemos a vender en Mercado Libre?” Apenas se estaban dando a conocer las ventas en línea y había mucha gente muy temerosa porque había malas experiencias de compras debido a las estafas, le dije: “sí, está bien”.

Enseguida comenzó a investigar y a publicar nuestras primeras carriolas que fueron un éxito y de las cuales vimos que era un negocio potencial ya que llegábamos a cualquier parte de la república y habíamos tenido una experiencia muy buena, por lo que una vez que se agotó este producto que estábamos sobre inventariados decidimos ir incrementando nuestro catálogo en línea hasta convertirnos en una de las empresas más reconocidas a nivel nacional en la categoría de juguetes y bebés en e-commerce.”

Previamente describimos el momento memorable de Oswaldo, pero falta el de Gerardo. En sus palabras, nos comparte: “La Estadía Empresarial fue una etapa muy bonita y recuerdo llegar el primer día a la entrevista, los nervios al 100, iba con mi compañero de clases que juntos íbamos a realizar las prácticas en una agencia de mercadotecnia, el llegar y que nos recibieran tan cálidamente me dio mucha satisfacción.”

Llegamos a la fase final de esta historia, pero antes, quisimos saber qué representó para nuestros egresados haber estudiado en la UNID:

Oswaldo: “Esperanza de un futuro prometedor, el costo aunque fue muy bajo porque tuve un porcentaje de beca, significaba mucho para mí y mi familia.”

Gerardo: “En realidad no estaba en mis planes seguir estudiando, era alumno de la maestra Martha Rocío Valencia en el bachillerato y ella como directora de la UNID me animó a seguir estudiando para tener más herramientas en la vida y sobre todo aplicar dichos conocimientos al negocio familiar ya que ellos han sido comerciantes toda su vida.”

Para concluir esta historia tan interesante, queremos compartirles que la marca que estos dos chicos emprenden se llama “PRINCO” (Productos Infantiles Cotija).

¡Así como Oswaldo y Gerardo, tú también Hazlo UNID!

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