El comienzo de año es un buen momento para pasar página y empezar de nuevo. También es una gran oportunidad para establecer metas y propósitos que te ayuden a crecer en todos los sentidos: psicológica, emocional, social, física o intelectualmente.
Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad? La mayoría de nosotros comenzamos muy emocionados y motivados en enero, y unos meses después renunciamos a nuestras metas.
Hoy te vamos a dar una solución para que esto no suceda.
Ya me comí las uvas, ¿ahora qué hago y cómo empiezo?
Haz una lista con tus metas
Escribir en un papel las metas y propósitos que te gustaría alcanzar es el primer paso. Te ayudará a concentrarte y a sentir que estás haciendo un trabajo real. También es mucho más efectivo que solo decirlo, ya que reforzará visualmente tus objetivos.
Define prioridades ¿en cuál te vas a enfocar?
Tal vez cuando hayas terminado la lista de propósitos de Año Nuevo, te darás cuenta de que son variados y bastantes. Si es así, elige lo que consideres más importante y concentra toda tu energía y esfuerzo en lograr ese objetivo.
Hacer demasiadas cosas a la vez puede abrumarte. Sobre todo porque establecer nuevos comportamientos, por ejemplo, requiere tiempo y esfuerzo.
Ahora, ¿cómo se priorizan? Repasa la lista nuevamente y determina qué objetivos son los más importantes para ti.
Piensa en las que te traigan beneficios personales y profesionales
Aprender una nueva habilidad relacionada con el trabajo puede ser una gran meta para el Año Nuevo. El fortalecimiento de tus habilidades técnicas y sociales te ayudará a desempeñarte mejor o a conseguir mejores oportunidades laborales.
Por ejemplo, puedes desarrollar habilidades como la comunicación, el liderazgo o incluso estudiar una maestría. Luego, haz un plan de acción sobre cómo inscribirse en una buena universidad para lograr el resultado deseado.
¿Cuáles son tus metas a corto y mediano plazo?
Las metas a corto plazo son metas que puedes lograr rápidamente: hoy, esta semana, este mes o este año.
Aquí hay algunos ejemplos:
- Hacer un curso
- Escribir un currículum impecable
Una meta a largo plazo es algo que deseas lograr en un futuro lejano. No puedes hacerlo esta semana ni el resto del año. De hecho, suelen tardar 12 meses o más en completarse porque requieren tiempo y planificación.
Los siguientes son ejemplos de metas que pueden tardar años en alcanzarse:
- Terminar una carrera
- Terminar la escuela secundaria
- Ahorrar para la jubilación
- Tener tu propio negocio
¿En qué te ayudarás para llegar a ellas?
Un plan de acción es lo que te hará alcanzar tus metas. Por ejemplo, si deseas graduarte en 5 años, obviamente debes inscribirte en la universidad. Luego, hacer el examen de ingreso y aprobar todas la materias hasta concluir.
Por otro lado, debes pensar en todas tus metas y prioridades, aprender a administrar tu tiempo, tus estudios y tu vida social para alcanzarlas.
Si tus metas no están alineadas, empieza de nuevo
Si tus metas de corto y mediano plazo no se alinean a las de largo plazo tienes que regresar al borrador.
La parte más importante de establecer metas y propósitos es que sean realistas. Tienes que elegir algo que sea alcanzable y que mejore tu vida. Esto asegurará que no te darás por vencido hasta que lo logres.
Sin importar cuáles sean tus objetivos, mantente enfocado y consíguelos. Te demostrarás a ti mismo que puedes hacer cualquier cosa que te propongas.
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